sábado, 18 de noviembre de 2017

Entrevista a Antonio Palacios

EL PALACIO DE BELLAS ARTES Y LAS BELLAS ARTES DEL ARQUITECTO PALACIOS


Y, sin embargo, ahora, ante este esqueleto de hierro que poco a poco se va cubriendo de piedra y que en su constante ascender parece escalar el cielo, las gentes se detienen absortas y se preguntan qué “gnomos” misteriosos, qué genio oculto es capaz de obra de tal magnitud, por su porte y aspecto evocadora de la época de los faraones.
Es el palacio que los artistas españoles – El Círculo de Bellas Artes – edifican con esplendidez y grandeza tales que dará a Madrid un marcado carácter de población artística y monumental en grado superlativo.
He ascendido por las escaleras a medio construir, entre el concierto de trabajo que los obreros ejecutan. Allá, en lo alto, e una de las últimas plantas, me encuentro al genio, al mago inspirador de esta octava maravilla. Es Antonio Palacios, el ilustre arquitecto gallego. Nos estrechamos las manos efusivamente y me lo llevo a uno de los grandes ventanales sobre la calle de Alcalá. Van y vienen los tranvías y los autos, entre los que se mueven los viandantes, del tamaño de pulgas. Al fondo, el soberbio edificio del Banco del Río de la Plata, obra también de Palacios, surge majestuoso: a la derecha, las torres del Palacio de Comunicaciones, con sus antenas radiotelegráficas, con su empaque monumental, se alzan audaces. Y yo, después de mirar a estas obras portentosas, miro a su autor. Antonio Palacios no es un cíclope, como pudiera suponerse. Por el contrario, su figura, de una sencillez y una modestia muy gallegas, denota al hombre de estudio y de trabajo intensos. Su conversación amena y afluyente revela erudición e inteligencia vivísimas. Habla con gran seguridad y en tono de persuasión absoluta.
-Este edificio – me dice -, por razones especiales había que proyectarlo con extraordinaria magnitud. Hay que tener en cuenta que el Círculo de Bellas Artes une a su vida social, tan importante como la del más importante casino, la vida artística en sus diversas manifestaciones de la pintura, escultura, arquitectura, arte decorativo, música y literatura, y esto da un tan grande movimiento a la sociedad que precisa locales de excepcionales proporciones. Las Exposiciones de Bellas Artes, por ejemplo, es cosa urgentemente necesitada de salones amplios y, sobre todo, céntricos. La del Retiro ha habido que día que ha sido visitada por más de siete mil personas. Pero, esto aparte, un edificio destinado a Círculo de Bellas Artes debe ostentar todas aquellas cualidades de monumentalidad que constituyen su propia característica. Yo tiendo a que, por su conjunto y reunidos todos los esplendores de la escultura en el exterior, y de la pintura mural en el interior, con la colaboración de nuestros grandes artistas, sea este edificio la obra más perfecta y más bella posible de llevar a cabo en la actualidad. Al Círculo de Bellas Artes, que ha puesto en el empeño todos sus entusiasmos y, lo que es más de agradecer, todos sus millones, le deberá Madrid su característica de mayor modernidad y progreso.
-¿A cuánto ascenderá el coste de la obra?
-Unos diez millones de pesetas. Tengamos en cuenta que, a más de lo corriente en esta clase de edificios, habrá grandes salas de exposiciones, teatro, piscina de natación, termas, gimnasio, patinadero, sala de esgrima, todos los deportes, en fin, practicables en el interiores. Las Bellas Artes a que está destinado tendrán sus correspondientes estudios en gran número; sólo la llamada Torre de los Estudios, que dará mucho carácter al edificio, tienen cinco estudios superpuestos.
-¿Qué distribución es la del edificio en su totalidad?
-Pues, a grandes rasgos, y por orden de plantas, será ésta: en el subsótano, los servicios generales de calefacción y ventilación, carboneras, cuadros de alumbrado, limpieza por el vacío, etcétera. En el sótano, todo lo concerniente a la cultura física. Las termas tendrán un carácter acentuado por las columnas y pavimentos de mármol y reproducciones de las obras más conocidas de la estatuaria griega. En la planta baja estarán situados los vestíbulos, las salas de exposición, de conversación y el gran mirador sobre la calle de Alcalá. El entresuelo se dedicará a la vida íntima de club y pequeños recreos. La planta principal será para las grandes fiestas: salón promenoir, de conversación y reunión, salón de música y el gran salón de fiestas, el de mayor importancia monumental y decorativa del edificio. Tiene 28 x 25 metros y 18.5 metros de altura. Para darse idea aproximada, viene a ser como la sala del teatro del Centro. La escena la he dispuesto a la manera usual en los teatros griegos. Tendrá su magnífico órgano y tribunas para coros y orquesta; en lo alto, dispositivos para coros lejanos, orquestas ocultas, carrillón de campanas y todo lo necesario para los grandes conjuntos musicales. Tiene su decorado una sobria trasmoya para representaciones de arte, y en los dramas líricos la orquesta se situará debajo de la escena, en la disposición ideada por Wagner.
-¿Subimos un poco más?
-Subamos a la sexta planta, o sea el primer ático. En él se instalará únicamente la biblioteca, los salones de lectura y las salas de ajedrez, es decir, todo aquello que requiere recogimiento y silencio. Otro golpe de ascensor y estamos en la séptima planta, segundo ático, destinado a la sala de recreos, despacho de la directiva, oficinas, reunión de secciones, etcétera. Más arriba aún, y estaremos en la octava planta, primera de terrazas, con los grandes comedores de socios, invitados y señoras. En ella estarán también las cocinas y todo el servicio correspondiente. Subamos, por último, a la novena planta, segunda de terrazas, dedicada en su totalidad a las Bellas Artes. Allí están los grandes estudios, las clases de pintura, escultura, arquitectura, taller de grabado y fotografía, clases de música, literatura, idiomas….y, por último, la gran torre a que antes me refería.
-¿Qué altura tiene el edificio?
-Hasta la cornisa general, 23.5 metros. Ésta va coronada con los áticos y plantas retranqueadas de terraza, que harán otro tanto.
-¿Qué elementos decorativos sobresaldrán más?
-Los de escultura monumental de la fachada. El gran friso decorativo, que representará la armonía de las Bellas Artes. Las terminaciones escultóricas de los Pylonos con los Pegasos del Genio y del Ideal y la estatua de Palas Atenea, que, como en la Acrópolis, surgirá áurea y triunfadora en lo sumo de la obra para darle su merecido significado.
Habíamos ido recorriendo las diversas plantas del edificio durante nuestra conversación. Antonio Palacios, como en un resumen, me pregunta:
-¿No cree usted, como antes le dije, que Madrid le deberá al Círculo de Bellas Artes su monumento más hermoso?
-No sólo lo creo, sino que afirmo que el pueblo de Madrid deberá significarle al Círculo su agradecimiento.
-[…] Yo terminé el año novecientos, y en el mismo obtuve el primer premio del concurso de la Casa de Correos y el del puerto de Bilbao. En el de la Casa de Correos fue mi colaborador Otamendi, el arquitecto, como lo soy yo en el Metro con su hermano, el ingeniero. También hice el mismo año uno de los seis proyectos premiados por el Casino de Madrid, que después reunió Anasagasti en el actual.
-¿Qué otras obras importantes ha realizado?
-¡Son tantas! El Banco del Río de la Plata, el Hospital de San Francisco, en los Cuatro Caminos; los hoteles Alfonso XIII [Avenida] y Florida y las casas comerciales a la entrada de la calle Mayor, que, por cierto, tienen una construcción interior que es quizá lo que más me ha satisfecho de todas mis obras. He hecho una porción de casas y palacios particulares y, fuera de Madrid, el Sanatorio de la Fuenfría, el Gran Teatro y el Gran Hotel de Vigo, los proyectos de ensanche de esta misma población, el ensanche de Villagarcía, el Nuevo Hotel de Mondariz…
-¿Y qué obras de gran importancia tiene el proyecto?
-Las dos más importantes en Madrid. De una de ellas, que resolverá de una manera definitiva la circulación por la Puerta del Sol y calles adyacentes, publicará el proyecto, dentro de poco, Abc. La otra, en la que tengo puestas mis mayores ilusiones, la presentaré en el discurso de entrada en la Academia de San Fernando, el próximo octubre. 


Ramón Martínez de la Riva
Vida Gallega, 1924.

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