En semanas anteriores hemos hablado de
diferentes aspectos y edificios de la obra de Antonio Palacios en la
ciudad de Madrid, sin embargo Palacios fue una arquitecto prolífico
con una obra muy variada y expandida geográficamente, tanto en otros
puntos de la provincia de Madrid (como el Sanatorio de la Fuenfría)
como en diferentes lugares de la geografía española. Si bien su
obra se concentra en Madrid y su Galicia natal, también realizó
diferentes proyectos en otras regiones como el País Vasco o
Andalucía.
De entre esta gran diversidad de obras destacan las obras de Antonio
Palacios en su tierra natal, Galicia, para cuya comprensión debe
tenerse en cuenta el contexto del “Rexurdimiento”,
movimiento surgido a mediados del XIX que preconizaba la recuperación
de la lengua y cultura gallegas, y del nacionalismo y regionalismo
gallego. La gran actividad cultural de estos movimientos hizo que
fuera apreciado y demandado en Galicia un tipo de producción
artística gallega.
Si bien en una primera etapa Palacios no mostró mucha atención a
estos movimientos, posteriormente sus obras si recibirían
influencias de estas corrientes, con la elaboración de edificios con
una pretendida inspiración en la arquitectura popular gallega y
medieval. Palacios mantuvo además contacto con personalidades
relevantes de este movimiento y participó en algún acto
galleguista, aunque nunca tuvo un gran compromiso con el movimiento.
Este giro se debió a que mientras en Madrid la mayoría de los
arquitectos miraban hacia Europa y las nuevas formas y técnicas de
construcción, en Galicia el galleguismo permitía la creación de un
tipo de arte más personal y con reminiscencias al pasado. De igual
forma, los grandes éxitos de Palacios en Madrid van a hacer que sea
muy admirado en su Galicia natal. El gran éxito de las exposiciones
de arte gallego y regionalista animan a Palacios a abordar el diseño
de edificios donde pretende definir la arquitectura regionalista
gallega como en los proyectos del Templo de la Encarnación de
Celanova (1918) o del Ayuntamiento de Porriño (1919). Palacios va a
mostrar una especial predilección por los monasterios e iglesias de
Galicia y el norte de Portugal, los cuales recorre en busca de
inspiración, fruto de las cuales realiza proyectos de varios
monasterios y otros edificios de clara inspiración regionalista y
medieval. Su interés en la arquitectura gallega llegó a ser tan
grande que incluso diseñó el Plan de Ensanche de la ciudad de Vigo,
ciudad en la que también diseñó varios edificios.
En definitiva, debemos decir que una mirada por la obra de Antonio
Palacios no estaría completa si no realizáramos un análisis de las
numerosas obras que Palacios diseñó fuera de Madrid y en especial
en Galicia, donde llegó incluso a diseñar el edificio del
Ayuntamiento de su pueblo.
Si queréis saber más sobre los distintos edificios proyectados de
Antonio Palacios consultad las entradas que hemos publicado esta
semana.
#EdificioDeLaSemana